No tenía previsto subir esta receta al blog, pues era un plato que preparé para un reto que me propusieron en Instagram para elaborar un plato con verduras, que ayude a incrementar y fomentar el consumo de éstas. Tras una segunda consideración y, a pesar de no tener las fotos del proceso de elaboración, he cambiado de opinión y considerado adecuado incluirla, pensando en aquellas personas que buscan recetas fáciles de preparar y con un toque de presentación distinto.
Bocadillos, sandwiches, tostadas, es algo que suele gustar a la mayoría de la gente y una opción a la que recurrimos en muchas ocasiones, para preparar una cena más informal o cuando tenemos una reunión de amigos o familiares en casa. Apuesta por estas tostas, si quieres ofrecer algo sano y a la vez rico.
El pan que utilices también importa. Yo las he servido sobre unas rebanadas de pan de masa madre y semillas que había preparado, el toque de las semillas, les va muy bien, pero puedes utilizar unas rebanadas de chapata, baguettes o cualquier otro pan que sea de tu gusto.
Y pensando en las Navidades ¿por qué no? estas tostas también serían una buena opción para incluir dentro de nuestros menús navideños.
Ingredientes:
Para 2 tostadas
2 cebollas
1/2 pimiento rojo
1/2 pimiento verde
1/2 pimiento amarillo
1/2 calabacín
1 rodaja de queso provolone
1 Buen chorreón de vinagre balsámico
1 cucharada de miel
1 diente de ajo
1 cucharadita de tomillo
Sal
Aceite
2 rebanadas de pan
Elaboración:
Empezaremos por confitar la cebolla. No es necesario añadir azúcar, solo dejar que se haga a fugo suave.
Pelar y cortar las cebollas en aro.
Cubrir el fondo de una sartén con aceite. Poner a calentar y añadir la cebolla. Mantener unos minutos a fuego medio-alto y después bajar a fuego suave. Remover de vez en cuando para que se haga bien por todas partes. Puede tardar 1 hora u hora y media en estar. Retirar, poner un colador sobre un bol y dejar que escurra el aceite . Reservar ese aceite para hacer los pimientos.
Lavar y limpiar de semillas los pimientos. Cortar en tiras.
Colocar de nuevo el aceite reservado de confitar la cebolla en la sartén y añadir las tiras de pimientos. Añadir una pizca de sal y dejar que poche unos minutos. Añadir un buen chorreón de vinagre balsámico y una cucharada pequeña de miel. Remover bien para que se reparta y dejar que se hagan los pimientos, dándoles vueltas de vez en cuando. Retirar y colar para que escurra el aceite. Ese aceite ya no se aprovechará.
Lavar el calabacín y sin quitar la piel, hacer espaguetis con un espiralizador o cortar en tiras finas con un cuchillo.
Pelar un diente de ajo y machacar en un mortero, con un poquito de sal, una cucharadita de tomillo y una cucharada de aceite. Embadurnar con esta mezcla los espaguetis de calabacin, removiéndolos para que se impregnen bien.
Poner los espaguetis de calabacín en una sartén y rehogar durante unos 2 minutos. Retirar y dejar escurrir sobre el colador.
Cortar el queso provolone en tiras gruesas y colocar sobre las rebanadas de pan. Poner encima una capa de cebolla caramelizada, sobre ésta, las tiras de pimientos y encima los espaguetis de calabacín.
Calentar el horno a 180º e introducir las tostas. Dejar unos 8-10 minutos para que el queso se funda.
Sacar, adornar con una tira de pimiento rojo y una nuez y servir.