¡¡Madre mía!! que no le he podido poner un nombre más largo a la receta, parece que tuviera ascendencia nobiliaria.
A lo que vamos, mira que llevo tiempo queriendo hacer solomillos con alguna salsa de queso fuertecita, el problema es que a uno de mis hijos no le gusta el queso y eso me coarta a la hora de pensar en un plato que comamos todos.
Pero mira, de vez en cuando hay que ignorarlos un poco y hacer lo que a uno realmente le plazca.
La torta del casar, que nos trajimos de nuestra visita a Cáceres, era la excusa perfecta para darme el capricho, y lo de la manzana y cebolla, un añadido que me apetecía probar con esta carne.
No he pesado ni la carne ni el queso, porque iba a toda pastilla y no podía entretenerme, pero para esta receta, tampoco es que sea imprescindible.
Vamos a ello
Ingredientes:
2 Solomillos de cerdo
1 cebolla
1 manzana
1 puerro
Queso de Torta del Casar
Leche
Sal
Azúcar
Coñac o whisky
Elaboración
Cortamos en trozos grandes los solomillos y los salamos
Picamos la cebolla en láminas finas y reservamos
Pelamos la manzana y cortamos en gajos finos. Reservamos
En una sartén ponemos un poco de aceite y pasamos los solomillos, dándoles la vuelta para que vayan haciendo por todas partes, no dejamos cocinar en exceso, solo lo justo para sellarlos
Una vez estén dorados, vertemos el whisky o coñac (lo que tengas en casa) y flambeamos. Una vez que se apague el fuego, retiramos los solomillos y reservamos
En la misma sartén donde hemos hecho la carne, ponemos la cebolla para que se vaya pochando a fuego bajo. Añadimos la manzana y dejamos que se vayan haciendo juntas hasta que estén prácticamente hechas, en ese momento añadimos dos cucharadas de azúcar y dejamos que se caramelice.
Mientras se hace la cebolla y la manzana, hacemos la salsa de queso:
Cortamos el puerro en cuadraditos pequeños y ponemos en un cazo con un poco de aceite para que se dore.
Cuando esté hecho añadimos la torta del casar, a ojo, depende de la cantidad de salsa que quiera obtener.
Añadir leche y remover hasta que el queso esté derretido. Apagar el fuego y reservar.
Una vez que la cebolla y la manzana estén hechas, añadir el solomillo a la sartén para que se caliente y se impregne del sabor de la mezcla caramelizada.
Para servir, poner uno o dos trozos de solomillo en el plato. Acompañar con la cebolla y manzana caramelizada y regar con la salsa de queso caliente.
Si no tenéis ningún comensal que no le guste el queso, una vez hecha la manzana y la cebolla, añadir los solomillos y la salsa de queso en la misma sartén. Dejar unos segundos y emplatar.