Cuando publiqué la receta de Crema fría de grelos que me mandó Jesús como «Artista Invitado», comentaba que me había mandado la receta de Sobaos. Llegaba Semana Santa, y le tocaba el turno al pan y a las torrijas, y lo dejé para después. Más tarde, pensé que podía añadir a su entrada, la preparación en los típicos moldes de papel y fui retrasando su aparición. Y lo hice, aprendí a hacer los moldes, hice la receta, no una, sino varias veces,con alguna pequeña variación en los ingredientes, hice las fotos y, hoy, finalmente considero que como Artista Invitado, es el protagonista, y sus receta y sus fotos son las que deben aparecer, que para ello se lo ha currado.
En sus orígenes, el sobao se elaboraba partiendo de una masa de pan, a la que se le adicionaba azúcar y mantequilla en un principio y que, posteriormente, se le incorporaron huevos. Partiendo de la masa de pan, se añadía el resto de los ingredientes y la masa se «sobaba» hasta que éstos se integraban a la masa. De ahí parte el nombre de sobaos, por lo de «sobar» la masa. En el sobao actual se ha sustituido la masa de pan y se elabora una masa tipo bizcocho en la que es importante utilizar una mantequilla de calidad, mejor si es oriunda de la zona, para obtener buenos resultados.
Para informarme sobre estos dulces tradicionales, busque información y miré un montón de blogs, incluido uno que elaboraban sobaos con cannabis, que ya solo con leer el nombre aluciné. He visto que la mayoría tienen los mismos pesos en los ingredientes, pero algunos le añaden ron o algún otro licor, ralladura de limón o miel. En realidad esa búsqueda incansable y, tras mis pruebas con distintos tipos de mantequillas, buscaba encontrar como conseguir el auténtico sabor del sobao pasiego, pero debo confesar, que aunque los resultados han sido unos bizcochos muy ricos, no me he quedado completamente satisfecha, pues no he llegado a conseguir el sabor que busco, pero seguiré intentándolo, después de darle un poco de tregua a mis arterias, con tanta ingesta de mantequilla.
Si os interesa hacer los moldes, hay un montón de sitios donde lo explican. Los primeros que hice seguí estas indicaciones, pero los siguientes dejé de marcar las líneas, y los siguientes a los siguientes utilicé papel encerado para hamburguesas con una medida de 15 cm x 15 cm, y el doblez lateral lo hice algo más alto. Debo decir que en la elaboración de los moldes siempre conté con la colaboración de mi sr. marido, para que me cundiera más. Si se utiliza papel de hornear, es recomendable ponerlo doble para que la masa aguante bien y no se derrame al meterla en el horno. Aclarar que la masa es densa, y que para rellenar los moldes es recomendable hacerlo con una manga pastelera, sobre todo para ir más rápido.
Solo espero que después del rollo soltado, no os hayáis quedado «sobaos», leáis la receta, os animéis a hacerlo y comentéis vuestros resultado.
Ingredientes:
250 gramos de mantequilla
220 gramos de azúcar
250 gramos de harina
3 huevos
1 sobre de levadura
½ copa de ron
1 cucharita de sal
Elaboración:
1º Poner la mantequilla a temperatura ambiente para que coja la textura de pomada, poner en un cuenco y mezclar con el azúcar. Batir los huevos y agregar junto con el ron y la punta de sal.
2º Mezclar la harina y la levadura en otro recipiente para que se incorporen bien los dos ingredientes y añadir a la primera mezcla, trabajándolo todo para que quede una masa fina y homogénea (aproximadamente 1,5 litros).
3º Verter sobre una bandeja de horno untada de mantequilla para que no se pegue o en los moldes tradicionales de papel encerado. Llenar cualquiera de los moldes solamente hasta la mitad o 1,5 – 2 centímetros, para que tengan espacio para subir sin derramarse.
4º Precalentar el horno a 180 grados y cocer durante 15-20 minutos o hasta que esté dorado y al introducir una aguja o brocheta de madera salga seca. Retirar y dejar enfriar sin tapar para que no fermente.