Hoy debo dar las gracias a Jesús Dominguez, que se ha animado a realizar una receta para figurar en la sección de artistas invitado.
Jesús, al que a su pesar, sus familiares, seguimos utilizando el diminutivo para nombrarle, es un tío grande, y no solo en tamaño, que también, es puro nervio, cariñoso y familiar, y un gran entusiasta de la comida. Le gusta cocinar, pero sobre todo le gusta comer. Reunirse con la familia en torno a la mesa es de aquellas cosas con las que más disfruta en la vida.
Sé que le hacía ilusión preparar un plato para incluirla en este recetario, y le invito a que siga contribuyendo con otras recetas. Aclaro que la mano que se ve en alguna de las fotos del proceso es la suya, por si alguien pudiera pensar que me he convertido en la mujer peluda (risas).
La receta que ha preparado, es una receta fácil, un guiso de pollo que, por lo que me contó, olía a gloria y, además, una buena solución para la comida familiar. Yo puedo asegurar que en cuanto tenga la menor oportunidad, la prepararé.
Aprovisionaros de un buen trozo de pan, porque esa salsa es de mojar y no parar…
Ingredientes:
1 Pollo de 1 1/2 Kg.
5 dientes de ajos
3 Rebanadas de pan
Perejil
Unas hebras de azafrán
Vinagre
1 Vaso de agua
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Al comprar el pollo, pedimos al pollero que nos lo trocee o, si nos atrevemos, lo troceamos nosotros.
Se limpia y se lava bien el pollo. Se sala.
En una cacerola se pone al fuego un cacillo de aceite. Cuando esté caliente, se pone a freír los ajos enteros y las tres rebanadas de pan. Una vez dorados, se sacan y se ponen en el mortero junto con el pan frito mojado en vinagre, perejil picado y unas hebras de azafrán y se machaca bien. Una vez bien machacado, se añade el vaso de agua al mortero, se mezcla bien y se reserva.
En el mismo aceite donde se ha frito el pan y los ajos, colocamos los trozos de pollo. Si el aceite ha mermado mucho al freir el pan y los ajos, añadir un poco más. Freír el pollo a fuego vivo. Cuando empiece a tomar color, añadir el contenido del mortero y remover bien para que se distribuya por igual, bajar el fuego y dejar cocer a fuego lento hasta que el pollo esté tierno. Mover la olla con frecuencia, sujetándola por las asas, para que no se agarre.
Si la salsa redujese mucho, se puede añadir un poco más de agua, mientras está cociendo, aunque la salsa debe quedar ligada y debe ser espesita.
Servir el plato acompaño de arroz blanco o patatas asadas.