Espuma de requesón

19 de Marzo: San José y Día del Padre. No es que seamos muy de celebrar los » días De», pero dado que este año, es festivo, un pequeño detalle para «el Padre de las criaturas», una forma de decirle lo especial que es. Por supuesto, y que mejor que hacerlo con algo de comer. La intención, era hacer una comida especial, pero el poco tiempo, y un compromiso, que nos hará comer fuera de casa, me hizo cambiar la comida por el desayuno. Un dulce fácil y sencillo, pero muy rico, de mis inicios cocineriles.

¡¡¡Felicidades a los Josés y Josefas y a todos los Padres!!!

Ahi va..

Ingredientes:

200 gr de bizcochos tipo soletilla

150 gr de nata

2 ó 3 cucharadas de café sin azúcar

2 hojas de gelatina

200 gr. de requesón

50 gr de azúcar

40 gr de chocolate

50 gr. de frutas en almibar

1 vaso de licor al gusto

Cacao en polvo

Elaboración:

Poner las hojas de gelatina en agua fría durante al menos 5 minutos

Poner la nata con el café en un cazo al fuego. En cuanto empiece a hervir, añadir la gelatina reblandecida y escurrida, y en cuanto ésta se haya disuelto, apagar el fuego y dejar enfriar.

Cubrir el fondo de un molde rectangular con una capa de bizcochos, y echar encima la mezcla de nata y café.

Escurrir el almíbar de la fruta y reservarlo en un plato hondo.

En un bol, pondremos el requesón, aplastar con un tenedor, y añadir el azúcar, el chocolate rallado, la fruta en trocitos y dos cucharadas de licor. Yo he puesto Amaretto, pero se puede poner coñac, o cualquier otro licor que os guste, o no ponerle ninguno. Mezclarlo bien y extenderlo sobre los bizcochos, que ya se habrán impregnado de la mezcla de nata y café.

En el plato donde teníamos el almíbar de la fruta, añadir un poquito más de licor, y alargarlo con unas cucharadas de agua. Sumerge los bizcochos necesarios para cubrir la capa de crema, serán el mismo número que se haya empleado para la base. Si es necesario, escurrir los bizcochos antes de colocarlos sobre la crema de requesón. Tapar el molde con film o aluminio y dejar en el frigorífico al menos 3 o 4 horas, mejor de un día para otro.

Para servir, volcar el molde sobre una fuente, y espolvorear con cacao.