Estamos en enero y, después de los excesos navideños, nuestros estómagos nos piden recuperar los menús sencillos y, sobre todo, los platos de cuchara que nos ayudan a entonar nuestro cuerpo de los fríos invernales.
En estos meses, nuestras cestas de verduras ecológicas vienen con una buena cantidad de coles (coliflor, romanescu, lombarda, repollo). Si ya es difícil conseguir que a los niños les gusten las verduras, en el caso de las coles es casi misión imposible que no las rechacen, así que ofrecérselas en versión crema es una buena alternativa, los sabores se suavizan y es más probable que no le pongan pegas.
Para preparar esta crema, recomiendo cocer la coliflor al vapor, si no tenéis una vaporera, hacerla en una olla con agua, una vez cocida, escurrirla bien y deshechar el agua de cocción. De esta forma eliminamos gran parte del fuerte sabor que tiene la coliflor. Os aseguro que esta crema no sabe prácticamente a coliflor y, seguramente, si no lo dices, no les sea fácil adivinar que la lleva entre sus ingredientes.
Ingredientes
750 gr de coliflor
1 patata
1 puerro
850 gr de caldo de pollo
100 gr de nata para cocinar
Sal
Aceite
Aceite de trufa (opcional)
Elaboración:
Lo primero de todo, y si te interesa, es hacer el aceite de trufa. Para ello, poner una trufa en el mortero, aplastar bien y añadir algo de aceite y mezclar. Reservar.
Retirar las hojas verdes de la coliflor, separar los ramos de la coliflor, lavar y cortar los tallos.
Colocar los ramilletes de coliflor en una vaporera o en el varoma de la thermomix y cocinar al vapor durante unos 30 minutos. Reservar.
Por otro lado, picar el puerro y cortar la patata en trozos.
Cubrir el fondo de una olla con aceite y poner a calentar. Echar el puerro troceado y rehogar a fuego suave durante unos cinco minutos.
Incorporar la patata en trozos y rehogar durante unos 10 minutos más, removiendo de vez en cuando para que no se queme.
Cubrir con el caldo y dejar cocer durante unos 10 minutos. Añadir la coliflor cocida y reservados, dejar cocer un par de minutos. más.
Triturar con la batidora hasta tener una crema fina. Añadir la nata y un chorreón del aceite de trufa y volver a triturar.
Servir en cuencos o platos soperos y adornar con unas gotas del aceite de trufa.