Hay dos cosas que, a pesar de ser un contínuo en mi vida, no consigo acostumbrarme, son los madrugones y los atascos de la M-30. Y es que si te ves obligado a levantarte antes de lo normal para tener que meterte en una vorágine de coches, por mucho que lo repitas, no hay ser humano que lo asuma. Y tú, que eres una hormiguita más en ese mar de tubos de escape, te entretienes buscando formar palabras con sentido con las letras de las matrículas, mientras procuras ser cívica con los conductores que siguen las normas, para facilitarles sus maniobras, y te pegas al de delante, para cerrar el paso al listillo de turno , que se incorpora al final del carril, y que no respeta a los que llevamos metros chupándonos la cola infernal y, piensas, si yo siguiese en mi pueblo, podría ir andando al trabajo, ganaría en tiempo de sueño, y no tendría que preocuparme, si el atasco es mayor de lo habitual, de no llegar a tiempo para encontrar sitio donde aparcar. Que desgaste mental, todo eso, sin ni siquera haber empezado tu jornada laboral.
No sé porque los meses de septiembre y octubre, el aumento de tráfico es mayor que el resto de los meses del año. Durante años haciendo el mismo recorrido, es un hecho científicamente comprobado, luego llega noviembre y, aunque por supuesto sigue habiendo un volumen desmesurado, se nota algo menos de coches circulando. Todavía no he conseguido averiguar cual es el motivo, así que si alguien puede explicarme a que se debe esto, me ayudaría a superar este dilema.
La receta de hoy son unas palmeritas en versión salada, que me gustan bastante. Estas pobres llevan pendiente de ser publicada unos cuantos meses, así que como ya va siendo hora de que vea la luz, aquí os las dejo hoy:
Ingredientes:
Una plancha de hojaldre rectangular
Para el pesto:
100 gr de piñones
3 dientes de ajo
100 gr. de queso parmesano rallado
el zumo de 1/2 limón
20 gr de albahaca
60 gr. de aceite
50-60 gr. de aceite de oliva virgen
Elaboración:
En un robot o batidora, triturar los piñones junto con los ajos y el queso, durante unos segundos hasta que se haga una pasta.
Añadir la albahaca y volver a triturar unos segundos más hasta que la albahaca esté bien picada.
Agregar el zumo de limón y el aceite y batir hasta que esté bien mezclado.
Reservar en el frigo hasta su uso.
Para hacer las palmeritas, desenrollar la lámina de hojaldre, dejando el papel en el que viene enrollado debajo, para trabajar sobre él.
Sacar el pesto y extender sobre toda la lámina, repartiéndolo uniformemente.
Enrollar por cada extremo hasta la mitad de la lámina y con los dedos apretar ligeramente para que quede bien unido.
Envolver sobre la lámina de papel y reservar en el frigo durante al menos 1/2 hora. También puedes dejarlo unos 10 minutos en el congelador.
Sacar y cortar con un cuchillo bien afilado, en rodajas de 1 centímetro aproximadamente y colocar sobre una bandeja de horno, que habremos cubierto con papel de horno
Colocar las palmeritas en la bandeja dejando espacio entre cada una, y aplastar ligeramente con las manos para que queden con mejor forma
Volver a dejar en el frigorífico un rato para que la masa entre lo más fría posible en el horno, o mejor en el congelador durante unos diez minutos.
Precalentar el horno a 180º, y meter la bandeja. Hornear durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén doradas. Dar la vuelta y dorar unos pocos minutos más por la otra cara.
Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla
Notas:
Si se utiliza hojaldre congelado, hay que sacar con antelación y dejar que se descongele en el frigorífico.
En lugar de albahaca fresca se puede utilizar un concentrado que venden en tubos. Añadir una cucharada a la mezcla. El resultado es similar al de si se utilizase albahaca fresca (no siempre es fácil encontrar albahaca fresca), a no ser que tenga la suerte de tener una maceta en casa. Yo lo he visto en Alcampo, supongo que en el resto de grandes superficies también lo tienen.
Esta receta no la había visto, voy a copiarla y ya te diré que tal me sale.
Eres una artista!!
Aprovecha el fin de semana y las haces, y luego me cuentas si te han gustado.
Un beso Marga