¿Qué tal? ¿Ya has salido a dar un paseo en este primer día de la primera fase de la desescalada? He de confesar, que esta mañana, al asomarme a la ventana, me ha sorprendido el número de personas que a las 9:00 h. estaba en la calle. Unas en bici, otras corriendo y otras andando. Cierto es que nadie incumplía las normas pero, donde vivo y desde mi ventana, a esa hora, todo lo que suelo ver son coches circulando.
No voy a restar importancia a este momento que vivimos, pero desde la semana pasada escuchando todo el día en la radio, sobre la desescalada, los comentarios, indicaciones y maneras, de forma repetitiva, me siento un poco saturada, se lo decía a mi hijo el otro día, es como cuando durante una temporada escuchas en Cadena 100 las mismas canciones día tras día en bucle, llega un momento que no lo aguantas. Así que voy a cambiar de tercio y os hablaré algo sobre este bizcocho que hoy os traigo.
El Lekach es un pastel típico judío endulzado con miel y especias. El origen del mismo no se sabe bien si parte de la cocina provenzal, o alemana, o es herencia de la tradición sefardí en Salónica, pero sí parece claro que los descendientes judíos medievales que se asentaron en la Europa Central y Oriental fueron los que lo popularizaron.
En esos países donde el centeno forma parte de su cultura gastronómica, tienen un repertorio variado de este bizcocho especiado. Rusia y Polonia son, posiblemente, las que cuenten con un recetario más variado sobre este tipo de bizcochos, seguramente debido a la gran concentración de judíos que hubo durante la Segunda Guerra Mundial, y que dejaron su huella gastrónomica en la zona.
La tradición de este pastel entre la comunidad judía de la Europa del Este, puede datar de los siglos XII o XIII. En su origen se preparaba durante las fiestas del Shavout, que en la tradición cristiana correspondería con las fiestas de Pentecostés, pasando a ser un bizcocho que se servía en días festivos, o en celebraciones religiosas y familiares.
En cuanto a la receta en sí, solo comentaros que la masa es una masa densa y el resultado, al estar elaborada con harina de centeno, es un bizcocho denso, húmedo y con mucho sabor, gracias a la miel y las especias. Esa humedad permanecerá conservándose en el bizcocho aún pasando varios días de su elaboración.
He visto otras recetas en internet, pero ésta está tomada de la revista de Pan, revista creada por la PEPA (Pequeños Panaderos Afines) y Libros con Miga. He adaptado las proporciones para la elaboración casera de un solo bizcocho y para un molde de plum cake de una capacidad aproximada de un litro. Al lado de los ingredientes, indico los porcentajes para que así, partiendo de la harina, que es un 100%, se pueda calcular el resto de los ingredientes para hacer mayor o menor cantidad y ajustar a los moldes que podáis tener disponibles.
Espero que lo hagáis y que me comentéis que os ha parecido.
Ingredientes:
350 gr de harina blanca de centeno (100 %)
350 gr de miel (100 %)
115 gr de panela o azúcar moreno (33%)
56 gr de huevo batido (1 huevo M) (16%)
56 gr aceite de girasol o de oliva suave (16%)
115 gr de agua (33%)
6 gr de sal (1.8%)
5 gr de bicarbonato de sodio (1.5%)
130 gr de nueces (38%)
1/2 cucharadita de pimienta rosa (0.2%)
1/2 o 1 cucharadita de canela en polvo (0.2%)
1/2 cucharadita de clavo molido 0.2%)
Elaboración:
Antes de empezar a mezclar ingredientes:
Precalentar el horno a 110º C
Engrasar el molde con spray o con un poco de aceite. Colocar una tira que cubra el fondo del molde. Si quieres, puedes engrasar y forrar también los laterales del molde. Reservar
Machacar la pimienta rosa en un mortero para triturarla.
Trocear groseramente con un cuchillo las nueces
Batir en un bol la miel, el azúcar, el huevo, el aceite, la sal y las especias, durante unos 4 minutos. Si lo haces con amasadora, utilizar la pala, si no hazlo con las varillas de la batidora.
Añadir el agua y el bicarbonato y seguir batiendo unos dos minutos más.
Agregar la harina en dos o tres veces, mezclando bien cada tanda antes de incorporar el restante.
Incorporar las nueces troceadas, envolviéndolas en la masa con una paleta y con movimientos suaves, hasta que queden bien repartidas en la mezcla.
Verter la masa en el molde. Puedes colocar alguna nuez en la superficie para adornar el bizcocho y meter en el horno.
Hornear durante un tiempo de 2,30 a 3 horas. Comprobar que el bizcocho esté hecho introduciendo un palillo. Si tienes termómetro, la temperatura interior debe de alcanzar los 97ºC
Sacar del horno, dejar enfriar en el molde durante unos 10-15 minutos y después sacar y terminar de enfriar sobre una rejilla.
Thermomix:
Colocar la mariposa
Poner dentro del vaso la miel, el azúcar, el huevo, el aceite, la sal y las especias y batir 4 min. veloc. 3
Incorporar el bicarbonato y el agua y batir 2 min. más, veloc. 3
Quitar la mariposa, agregar la harina y seleccionar 20 seg. vel. 6
Retirar el vaso del thermomix, incorporar a la masa las nueces, mezclar con movimientos suaves para repartir y verter la masa en el molde preparado.
Continuar con el resto del proceso según se describe más arriba.
…
Puedes tomarlo solo, acompañado con una capa de mermelada o con una bola de helado.
Notas:
Antes de empezar con la elaboración, es aconsejable , realizar la mise en place, es decir, preparar todos los ingredientes que vamos a necesitar, así como los utensilios. Aunque eso signifique utilizar más cacharros, que después habrá que fregar, nos ayudará a organizarnos, controlar que tenemos todos los ingredientes que vamos a necesitar y que no se nos olvidé o nos falte algo en mitad de la elaboración
Qué subidón meterme aquí buscando recetas y ver que hay dos nuevas! Me alegro de que te hayas animado a publicar, seguro que el blog hace un poco más llevaderos estos tiempos tan convulsos.
El bizcocho tiene una pinta estupenda. Me encantan los dulces tradicionales hechos con elementos simples, como la miel, los huevos, la harina y las especias, porque me recuerdan a descripciones de los alimentos de las obras medievales (no en vano, el chocolate, que ahora protagoniza nuestros postres, no fue introducido en Europa hasta el siglo XVI).
Un beso muy fuerte y espero leerte pronto.
A mí si que me da subidón leer un comentario real (y no de spam).
La espinita de no publicar, la llevaba clavada todo este tiempo que no lo hacía. La falta de tiempo y otras necesidades familiares, me hicieron parar y perder las rutinas. Sin duda estos días tan complejos, me han dado algo más de posibilidades para retomarlo y espero poder seguir manteniendo algo de ritmo en las publicaciones.
Las recetas tradicionales, suelen llevar ingredientes comunes y además sus preparaciones son sencillas. Muchas veces a través de estas recetas, se aprende mucho de las gentes, sus culturas y costumbres y es muy interesante.
En cuanto al bizcocho, te confirmo que está muy rico. La harina de centeno, la miel y las especias, le dan un sabor intenso. Eso sí, es un bizcocho denso y contundente, así que hay que ser comedido a la hora de cortar la ración.
Un beso grande y muchas gracias por el comentario