Sin darnos cuenta hemos llegado al último mes del año, la cuesta de Diciembre, cuesta resistirse al consumo, cuesta evitar los excesos de comida y bebida, cuesta no comerse el trozo de turrón después de una comida opípara, cuesta no pasar por la cocina de tu trabajo y asaltar los bombones o dulces que alguien nos ha regalado…
Pensaréis ¿que hace esta loca, poniéndonos un caldo a estas alturas del año, en lugar de dulces navideños u otros plato más acorde con las fechas?. Pues precisamente por eso, un fondo de despensa, que si preparamos con antelación y congelamos, nos servirá después para elaborar uno de los platos clásicos de estas fechas, como una sopa de pescado, una crema de marisco o para añadir a una salsa de un plato del pescado que vayamos a preparar.
Para la elaboración de un caldo de pescado se recomienda utilizar las espinas y pieles de pescado blanco y, si es posible, que tenga algo de carne del pescado. El que yo he hecho hoy es con cabeza y espinas de un rape que compramos y que estaba en oferta. El rape es un pescado caro, pero un lujo de vez en cuando no está mal y tanto el pescado como el caldo que sale con sus espinas es fenomenal. A mí me gusta hacerlo así, pero puedes añadirle además las cabezas y pieles de unas gambas y obtendrás un buen caldo de marisco.
Vamos a ello:
Ingredientes:
400-500 gr de cabeza y espinas de rape
1 puerro
1 cebolla
1 zanahoria
Hojas de laurel
Granos de pimienta
Una pizca de sal
4 cucharadas de aceite
1 1/2 l de agua
Elaboración:
Lavar la cabeza y espinas de pescado.
Lavar el puerro y desechar la parte verde. Cortar en aros. Pelar la zanahoria y cortar en rodajas, Pelar la cebolla y cortar en trozos.
Poner el aceite a calentar en una olla amplia. Incorporar zanahoria, puerro y cebolla a la olla y remover.
Añadir las raspas del pescado, las hojas del laurel y los granos de pimienta. Rehogar todo junto durante unos 5 minutos.
Cubrir con el agua, añadir la sal y dejar cocer unos 20-25 minutos aproximadamente. Durante la cocción, eliminar la espuma que se va formando, para limpiar el calo de impurezas
Retirar del fuego y colar el caldo a otro recipiente para retirar las espinas y las verduras.
Filtrar el caldo por un colador de tela o a través de una gasa para que quede un caldo lo más limpio posible.
Y ya está. Si no lo vas a utilizar en el momento, dejar enfriar y guardar en la nevera para utilizarlo al día siguiente o guardarlo en el congelador en varios recipientes, para tener caldo disponible cuando lo necesites.