Esta receta me llegó a través del blog de Maria lunarillos. En cuanto la ví, supe que la tenía que hacer. Este año ni torrijas ni rosquillos, vamos a probar este pan.
Al parecer se trata de un pan que se preparaba en la Pascua ortodoxa. No había oido hablar de él, y cuando ví la receta busqué alguna otra receta más. Como carecía de tiempo para investigar, y lo quería hacer para estas fechas, que es cuando corresponde, me decidí, por hacer la receta que había visto. Podéis ver la original aquí
Básicamente he seguido la receta al pie de la letra, lo único que he sustituido ha sido el vodka (no tenía) por ron, la ralladura de limón por la de naranja (me apeteció más ), y las pasas por chocolate (por dos motivos, no las encontré en el desastre de despensa que tengo, y además a mis hijos no le gustan las pasas). No sé si será algo ortodoxo este cambio..
Ingredientes
Prefermento
150 gr de harina de fuerza
150 gr de leche
10 gr. de levadura seca
Masa
Todo el prefermento
25 gr de ron
1/2 cucharadita de azafrán
10 vainas de cardamomo
2 huevos
50 gr. de miel
50 gr de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
Ralladura de naranja
350 g. de harina de fuerza
1 cucharadita de sal
125 gr de mantequilla
25 gr. de cáscara de naranja confitada
50 gr. de almendras en lámina
125 gr de gotas de chocolate
Glaseado
150 gr. de azúcar glas
1 clara de huevo
Unas gotas de limón
Preparación
Empezamos preparando el preferemento. En un bol ponemos la harina, la leche y la levadura, mezclamos hasta onseguir que el líquido esté bien integrado con la harina. Cuando la masa haya subido y veamos que está llena de pequeños agujeritos, estará lista. En mi caso, tardo unas tres horas aproxidamente (siempre me olvido de mirar la hora)
Mientrás esperamos a que el prefermento esté listo, vamos preparando los ingredientes para la masa.
Sacamos de sus vainas las semillas de cardamomo y las machacamos en el mortero
Ponemos el azafrán en una taza y le añadimos el ron, para que vaya soltando el aroma
En otro bol, mezcamos las almendras laminadas, con la cáscara de naranja confitada y las gotas de chocolate. Lo reservamos para el final
Batimos los dos huevos con el azúcar y la miel
En un bol ponemos la harina y le añadimos la sal
Cuando el prefermento esté listo, en el mismo bol echamos la ralladura de naranja, las semillas de cardamomo, el azafrán con el ron, y los huevos batidos con el azúcar y la miel. Mezclamos bien, y añadimos todo al bol de la harina. Mezclamos bien, hasta conseguir una masa uniforme y empezamos a amasar.Mi mezcla resultó demasiado seca, posiblemente, porque utilicé harina de manitoba, y le añadí unos 40 gr de leche.
Podemos hacerlo a mano o bien con la amasadora o thermomix. Si lo hacemos a mano, amasar unos minutos hasta que veamos que la masa empieza a adquirir un aspecto liso. No es necesario que el glutén esté totalmente desarrollado, pues nos queda amasar todavía con la mantequilla.
Añadimos la mantequilla, en varias tandas, para que se vaya integrando poco a poco a la masa. Cuando hemos finalizado y la masa tiene un aspecto liso, boleamos y ponemos en un bol enaceitado. Yo hice un plegado a medias del reposo. La masa leva bastante rápido, creo que en unas dos horas estba fermentada (como he dicho antes, se me olvida controlar los tiempos, ya que me guio por el ojimetro)
Mientrás tenemos la masa fermentando, preparamos los moldes. La forma típica de estos panes es cilindrica y son bastante altos, supongo que sobre todo, porque se valían de los medios con los que contaban, y los horneaban en latas que aprovecharían de otros menesteres. Como en este punto quería ser purista, tuvé que abrir una lata de melocotón en almibar para utilizar, y otra que tenía de mantequilla, fue las que utilicé como moldes.
Con papel de horno, cortamos un cŕculo del tamaño de la base y una tira con la que rodearemos toda la lata por dentro (las latas las habremos lavado antes, obviamente)
Una vez que la masa haya subido, ponemos en la mesa, y la rodeamos con la mezcla de almendras, naranja y chocolate. Este sistema, nunca lo había utilizado, pero lo ví en un video, me gustó, y decidí hacerlo de ese modo. Desgasificamos la masa, y vamos amasando, cogiendo los frutos que tenemos alrededor, hasta que los hayamos integrado a la masa.
Cortamos en tantas porciones, como botes vayamos a emplear. Hacemos una bola, e introducimos dentro del bote, acomodándolo lo mejor posible, sin que se nos descoloque mucho el papel de horno, que nos servirá luego para desmoldar. La masa debería ocupar entre un tercio a la mitad del bote.
Tapamos con plastico y dejamos nuevamente que leve, hasta que doble su tamaño.
Precalentamos el horno a 180º
Una vez que la masa haya subido, metemos los botes y horneamos alrededor de 40-60 minutos, dependiendo del tamaño de las latas que hayamos utilizado. Yo los horneé con vapor, por lo que antes de meterlos en el horno, pusé agua a hervir, y las vertí sobre las piedras que siempre tengo en el horno.
Si vemos que la parte de arriba, se dorase demasiado, tapar con papel de aluminio, hasta completar el tiempo de horneado.
Sacamos de horno, y dejamos unos 5 minutos enfriar antes de sacar de los moldes. Para sacarlos nos ayudamos del papel de horno, y colocamos en la rejilla volcados de lado.
Para el glaseado, batimos ligeramente la clara de huevo, añadimos el azúcar y un chorreón de limón y mezclamos, hasta que tenga una consistencia algo espesa.
Una vez se hayan efriado nuestros bollos, echamos el glaseado por encima, ayudándonos de una cuchara o pincel.
Y después solo nos queda comerlos
Para guardar, los he metido en una lata metálica uno, y el otro en una bolsa de papel, dentro de una bolsa de plástico de las de conservar alimentos.
Notas:
El principal problema que tuve con este pan, es que metí más masa de la que hubiera correspondido en cada lata. Utilicé dos lata, una de 800 g. y otra de 400 g. Hubiera sido conveniente haber contado con otra lata, o haber sido menos cabezota, y haber utilizado otro molde, por ejemplo, de panetone, que tengo, o el de pandoro, que hubiera salido tambień alto. Uno de los panes, se me desbordó por exceso de masa, quedando más bien, tipo seta. Pero como aquí todo se aprovecha, con la seta que me sobró, la corté en rebanadas, y con otro sobrante de la infusión de leche, que utilicé en las torrijas (finalmente y por demanda de mi hijo, hicé algunas), he creado la «bizcocha» de Kulich.
El bollo ha quedado muy rico, pero para mi gusto, la miga era un poco prieta. Me gustaría un poco más suave. Será cuestión de probar, con otras proporciones, o con otras harinas..
Aclaro para los que no sepan que es la «bizcochá». Es un postre típico de mi pueblo, Alcàzar de San Juan, que se realiza con tortas de bizcochos y leche (cocida con azúcar, canela y ralladura limón). Cuando vaya a mi pueblo y traiga tortas, haré la receta.