Día de Reyes, una fecha tan especial y llena de ilusión, se ha convertido para mí, además, en la celebración del cumpleaños del blog. Aunque la primera receta se publicó algo más tarde, para mí esta es la fecha en la que nació. Casi sin darme cuenta han pasado dos años ya, y el modo de celebrarlo no puede ser de otra forma que la de hacerlo con la publicación de una receta. Siendo el Roscón, el protagonista de este día, en lo que a gastronomía se refiere, es casi inevitable que la receta que publique no sea la de un roscón, y si la salud y la ilusión se mantiene y la memoria no me falla, tengo ya pensadas algunos variaciones para años venideros.
Aprovechando el agua de rosas que compré para el turrón de rosas y como el sabor que le dió era tan sutil y delicado, me decidí a probarlo con el roscón. También tenía unos pétalos de rosa comestible que compré hacía un tiempo, y me pareció una buena alternativa para utilizarlos en el roscón de aniversario.
Espero que todos hayáis sido buenos y que Sus Majestades de Orientes os hayan dejado algún regalito.
Y esta es la receta:
Ingredientes:
450 gr de harina de fuerza
150 gr de leche
2 huevos medianos
76 gr de azúcar
38 gr. de agua
2 cucharadas soperas de agua de rosas
30 gr de miel
7 gr de sal
3.5 gr de levadura seca de panadero (si es para masas dulces mejor)
76 gr. de mantequilla
1 cucharada de pétalos de rosas
Decoración:
1 huevo para pintar
Azúcar granulado
Láminas de almendra
Pétalos de rosas
Fruta escarchada
Para el relleno:
500 gr de nata con un 35.1 m.g.
75 gr de azúcar glas
1/2 cucharada de aroma de rosas
Una pizca de colorante rosa (opcional)
8 gr de estabilizante para nata (opcional)
Elaboración:
Prefermento:
Separar de la harina 150 gr, poner en un recipiente y añadir la leche y una pizca de levadura seca en polvo. Mezclar bien y dejar reposar tapada durante unas 3 horas, o una hora fuera y después guardar en la nevera toda la noche.
Para aromatizar el azúcar, colocar en la thermomix o en una picadora, el azúcar con los pétalos de rosas y moler hasta convertir en azúcar glas (en thermomix unos 30 seg a vel.10)
Añadir a la leche el azúcar glas, la miel, el agua de rosas y remover bien para que los ingredientes se integren. Reservar
Colocar los huevos en el bol de la amasadora y batir con las varillas. Añadir al bol la mezcla de leche, miel, azúcar y agua de rosas y volver a batir con las varillas.
Cambiar las varillas y poner los ganchos de amasar.
Añadir la harina y mezclar durante 1 minutos aproximadamente a velocidad baja. Tapar y dejar reposar entre 30 minutos a una hora.
Añadir la sal y seguir amasando 1 minuto más.
Incorporar el prefermento y la levadura y amasar durante unos cinco minutos más. Parar la máquina y dejar la masa reposar unos minutos para evitar que se caliente demasiado.
Cortar la mantequilla en trozos pequeños. Poner en marcha la máquina de nuevo y ve añadiendo la mantequilla poco a poco hasta que quede bien integrada, la masa se despegue de las paredes de la amasadora.
Comprobar si la masa ha desarrollado bien el gluten con la prueba de la membrana.
Formar una bola, enaceitar un bol y poner la masa dentro.
A la hora hacer un pliegue y guardar en la nevera.
Plegar la masa dos veces más, una a la hora y la otra a las dos horas. Dar la vuelta a la masa. Volver a tapar y dejar en la nevera toda la noche.
A la mañana siguiente, sacar la masa, dejar atemperar alrededor de una hora.
Forraremos dos bandejas de horno, con papel de hornear para depositar, posteriormente, los roscones sobre el papel.
Enharinamos ligeramente la encimera, y volcamos la masa del bol. Desgasificamos y la dividimos en dos partes. Boleamos cada una de las masas y las dejamos reposar para que el gluten se relaje, unos diez o quince minutos.
Tomamos una de las bolas, e introducimos uno o dos dedos en el centro de la masa. Vamos agrandando el agujero levantando la masa, pero dejando que parte repose sobre la mesa, vamos girando la masa rodándola con nuestras manos, ejerciendo una cierta presión sobre la masa, para redondearla y crear tensión.
Cuando casi hayamos alcanzado el tamaño que queremos de nuestro roscón, lo trasladamos a la bandeja y terminamos de redondear y dar forna, procurando que tenga el mismo grosor por todas partes.
Si, durante el formado del roscón, notamos que la masa se retrae, la dejamos reposar unos minutos para que el gluten se relaje y nos permita realizar el formado con más facilidad.
Procurad hacer un agujero suficientemente grande para que, al crecer y hornearse, el agujero no se llegue a cerrar.
Si queréis meterle una sorpresa o un haba (o ambas), levantar una parte del roscón, con unas tijeras y por la parte de abajo de roscón, cortar la masa, introduciendo la punta de las tijeras abiertas, y haciendo un corte en forma de V. Unir bien la masa que hemos cortado y volver a apoyar sobre la bandeja.
Seguir los mismos paso con la otra bola de masa.
Con una brocha, pintar con el huevo batido toda la superficie de los roscones y dejar fermentar por un espacio de 2 horas o 2 horas y media, dependiendo de la temperatura ambiente. Puedes tapar los roscones con film alimentario untado de aceite o si la temperatura de la cocina es muy fría, introducir dentro del horno (sin encender) con un vaso o cazo de agua caliente.
Es importante que la masa se desarrolle bien en esta segunda fermentación, para que cuando entre en el horno no se nos raje o abra, así como procurar que no se reseque y forme corteza, pintándola con el huevo ya evitamos algo que se reseque, pero si la cubrimos o incluso la humedecemos con un spray, ayudaremos a evitar que se nos raje al entrar en el horno.
Cuando la masa ya este lista para entrar al horno volvemos a pintar con el huevo y adornamos a nuestro gusto, con azúcar perlado, frutas, almendras…Para este roscón he utilizado también pétalos de rosas glaseados. En el caso de no tener azúcar perlado, utiliza azúcar normal humedecida con unas gotas de agua o de agua de azahar, y coloca sobre el roscón, en pequeños montoncitos.
Introduce en el horno, previamente calentado a 180º , colocando la bandeja en la segunda rejilla, desde abajo, y hornea durante unos 20 minutos. Si vieses que se dorase en exceso, cubre el roscón con papel de aluminio hasta que termine de hacerse. Si se emplease una cantidad de masa menor, reducir el tiempo de horneado unos cinco minutos. Si por el contrario, haces un solo roscón grande, tendrás que aumentar el tiempo al menos otros cinco minutos. Para saber si el roscón está hecho, introduce un palillo o bien mide la temperatura con un termómetro, ésta debe alcanzar al menos los 85º.
Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.
Para el relleno de nata aromatizada con agua de rosas:
Coloca la nata bien fría en un cuenco y comienza a batir con las varillas. Si utilizáis colorante ponerle en este momento.
Cuando comience a espesar, añadir el azúcar glas con el estabilizante (si lo ponéis)y la cucharadita de agua de rosas y seguir batiendo hasta que la nata empiece a hacer picos. Para comprobar si la nata está bien montada, dar la vuelta al bol y si no se escurre está lista.
Colocar la nata en una manga pastelera y reservar.
Para rellenar el roscón, es importante que se haya enfriado bien. Abrir el roscón con un cuchillo de sierra, trabajando despacio para que quede nivelado. Procurar colocar la tapa de arriba en la misma posición en la que la hemos quitado para que luego encaje lo mejor posible.
Rellenar con la nata, colocar la tapa de arriba y listo para consumir.
En el caso de ir relleno, y si no se toma inmediatamente, es necesario conservar en el frigorífico.
Notas:
Para aromatizar el roscón he utilizado dos métodos, uno ha sido el de glasear el azúcar con los pétalos de rosa y el otro ha sido infusionando la leche con pétalos de rosa. El primero lo explico arriba y en el caso del segundo, lo único que hay que hacer es poner la leche con los pétalos a calentar, cuando comience a hervir apagar el fuego, y dejar alrededor de una hora. Después colar la leche a través de un colador para eliminar los pétalos, aplastar con una cuchara los pétalos para extraer la leche que ha quedado en ellos. Para infusionar la leche, recomiendo poner un poco más de leche, pues al cocer puede disminuir el peso.
Tanto la primera fermentación, como la segunda se pueden retrasar en nevera. Yo solo suelo hacerlo en la primera, pues mi experiencia es que una vez formado el proceso de fermentación va más rápido y a pesar de guardarlo en nevera, no me aguanta toda la noche.
Para el adorno de los pétalos, hice un glaseado con 1 clara de huevo y azúcar. Primero se pasan los pétalos por la clara y después las pasé por azúcar. Dejar secar unas 8 horas. En mi caso como los pétalos que tenía eran pequeños trocitos y no la hoja, el resultado no fue lo favorable que esperaba, por eso no lo incluyo en la explicación de la decoración.
El espesante es conveniente utilizarlo si el roscón no se va a consumir inmediatamente, para que la nata mantenga más firmeza. Si se va a consumir en el momento no es necesario añadirlo.
Si solo queréis rellenar uno de los roscones, con 300 gr de nata serán suficiente.